Hoy, como en ciertas ocasiones el cansancio me desborda, utilizando palabras de Deleuxe, los flujos corren de un polo a otro, los valores se encuentran en constante movimiento y me traspasan, me desbordan, no los puedo contener, entonces, los dejo fluir. Mi temor radica en, ¿cuanto tiempo voy a lograr sostener esta situación de reboso, derrame, exceso?
Todo se hace más arduo en cuanto los "buenos" también profesan confusión. Todo radica en los códigos, en poder atravesarlos, develarlos o destruirlos. Quien lo logre, dejara circular los flujos y ya nada saldra de trayectoria.
Me duele el corazón y un entorpecimiento soporífero me punza
el sentido, como si hubiera bebido cicuta,
o vaciado un narcótico lento hasta sus heces,
hace un minuto y hacia el Leteo me hubiese hundido
(...) desvanecerme lejos, disolverme y casi olvidar,
lo que tu entre las hojas nunca conociste,
el cansancio, la fiebre, y la impaciencia
de aquí, donde los hombres se sientan escuchandose gemir
entre sí, donde la juventud crece pálida y delgadamente espectral,
y muere, donde pensar no es sino estar lleno de pesares
y desesperanzas de párpados de plomo;
donde la belleza no puede mantener los ojos lustrosos,
ni el nuevo amor anhelarlos más que mañana...
John, keats, Sonetos Odas y otros poemas, Colección Visor de Poesía, Madrid 1995.
Aquello que nunca tuviste se ha marchado, entonces, ¿por que te marca tanto?
Todo se hace más arduo en cuanto los "buenos" también profesan confusión. Todo radica en los códigos, en poder atravesarlos, develarlos o destruirlos. Quien lo logre, dejara circular los flujos y ya nada saldra de trayectoria.
El Ruiseñor
Me duele el corazón y un entorpecimiento soporífero me punza
el sentido, como si hubiera bebido cicuta,
o vaciado un narcótico lento hasta sus heces,
hace un minuto y hacia el Leteo me hubiese hundido
(...) desvanecerme lejos, disolverme y casi olvidar,
lo que tu entre las hojas nunca conociste,
el cansancio, la fiebre, y la impaciencia
de aquí, donde los hombres se sientan escuchandose gemir
entre sí, donde la juventud crece pálida y delgadamente espectral,
y muere, donde pensar no es sino estar lleno de pesares
y desesperanzas de párpados de plomo;
donde la belleza no puede mantener los ojos lustrosos,
ni el nuevo amor anhelarlos más que mañana...
John, keats, Sonetos Odas y otros poemas, Colección Visor de Poesía, Madrid 1995.
Aquello que nunca tuviste se ha marchado, entonces, ¿por que te marca tanto?
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